Nuestra infancia es tan importante que las experiencias vividas en ella determinan nuestra calidad de vida cuando somos adultos.

Nunca te has preguntado ¿Por qué te afecta tanto una injusticia o una mentira, por qué te pones tan sensible en una despedida o te duele tanto cuando alguien te critica o no te incluye en sus planes? ⁣

La respuesta es por tus heridas emocionales de infancia.

Todos tenemos heridas de infancia, solo que no somos conscientes de ello, porque a menudo, nuestra mente bloquea los recuerdos.⁣ ⁣

Sigue leyendo para saber como estas heridas influyen a tu manera de relacionarte en pareja.

¿Qué son las heridas emocionales de la infancia? 

Las heridas de infancia son traumas infantiles que se nos quedan grabados, generando patrones de comportamiento que si no se sanan, nos condicionarán luego en nuestra vida adulta y en nuestra manera de relacionarnos en pareja, causándonos sufrimiento innecesario.⁣ ⁣

Los traumas infantiles en personas adultas no tienen por qué ser siempre un hecho “dramático” a ojos del propio adulto, pero sí para ese niño o esa niña.

Las 5 heridas de la infancia son: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia.

¿Cómo se detectan las heridas emocionales?

De lo que se trata es de identificar los acontecimientos que nos afectaron y no fueron asimilados por nuestra mente, que son los que condicionan nuestra vida de adultos, determinando nuestras respuestas, la forma de relacionarnos en pareja y el modo en el que nos sentimos.

Las heridas emocionales provocan reacciones automáticas que nos dan a entender que existen traumas infantiles en la edad adulta. Esos síntomas producen dolor, insatisfacción y desequilibrio emocional.

Veamos los síntomas de cada trauma infantil.

Herida de rechazo

Puede tratarse de hijos no deseados o que se deseaba que fuera de un determinado género y nació con el género contrario. Esta herida suele derivarse principalmente de traumas infantiles con la madre.

Los síntomas de sufrir esta herida son no captar mucho la atención de los demás, no sentirse merecedor o merecedora de cariño. Cuando esta persona es elegida por otra, se aparta, pero cuando no es elegida se siente rechazada.

En este caso, el trauma infantil que sufre la persona que tiene la herida de rechazo es que al haber sido niños protegidos en exceso, para ellos ser amados significa sentirse asfixiados.

Las personas con esta herida suelen ser perfeccionistas, intelectuales y desapegados de lo material. Se sienten carentes de valor y buscan la soledad.

Herida de abandono

La herida del abandono surge a raíz de sentir la carencia de muestras de afecto.

El mayor temor para esta persona es la soledad e intenta evitarla a toda costa.

Cuando le toca estar sola se convence de que está bien así, pero busca desesperadamente todo tipo de actividades con las que ocuparse. 

Su dependencia hacia su pareja puede llegar hasta el extremo de soportar situaciones indeseables por no quedarse sola o solo.

Herida de humillación

Esta herida puede originarse a raíz de que los padres se han avergonzado de algún comportamiento del niño/a y han censurado esa acción humillando al niño/a de alguna manera. O cuando hay un excesivo control, cuando el niño/a realiza actividades propias de la infancia, como salir a jugar, etc.

Las consecuencias de este trauma infantil es el masoquismo. Buscará la satisfacción, e incluso el placer, sufriendo. Volverá a buscar la humillación la mayor parte de las veces.

Es una persona hipersensible. Desea ser digna. Siente vergüenza respecto al tema sexo con su pareja y se satisface comiendo.

Su mayor miedo es la libertad, ya que teme no saber controlarse, ya sea porque trabaja en exceso o gasta demasiado o come sin control.

celos en la relación

Herida de traición

El niño siente que es necesitado por los padres y desea hacer todo lo posible porque estos estén bien. 

La persona con esta herida se siente responsable y fuerte. No cumple sus compromisos o para hacerlo debe esforzarse. Miente a menudo. Es manipuladora y seductora con su pareja. Impaciente, intolerante, con muchas expectativas y cree tener siempre la razón.

No es capaz de mostrar su vulnerabilidad y le cuesta mucho confiar en los demás.

Herida de injusticia

La persona con esta herida sufre la injusticia porque los padres se muestran fríos, son severos y critican con frecuencia al hijo.

Esta persona mantiene un carácter perfeccionista y envidioso. Está obsesionado/a por destacar y ser perfecta. Suele ser optimista y tiene serias dificultades para pedir ayuda y para recibir. 

Nunca admite, admite tener problemas. Se exige y se controla mucho. Le gusta el orden. Rara vez se enferma. Es fría y le cuesta mostrar afecto con su pareja.

Si conoces tus heridas de infancia, las trabajas y aprendes a sanarlas, conseguirás liberarte de numerosos bloqueos y mejorar muchísimo tus relaciones (en particular con tu pareja).⁣ ⁣

En mi escuela Ser Feliz en Pareja, trabajo contigo para:⁣

✔️ Identificar cuáles son tus heridas de infancia⁣

✔️ Las situaciones que las han generado⁣

✔️ Las situaciones actuales que las activan⁣

✔️ Establecer un PLAN DE ACCIÓN para saber cómo trabajar cuando se disparan⁣.

 

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