Amor y Placer: Cómo Superar los Bloqueos Sexuales con Patricia Sánchez
En la era moderna, las relaciones de pareja y la sexualidad han evolucionado significativamente. Sin embargo, a pesar de los avances sociales y culturales, muchas personas siguen enfrentando desafíos en su vida íntima. Uno de los problemas más comunes y menos discutidos son los bloqueos sexuales, que pueden afectar tanto a hombres como a mujeres, estén o no en una relación. Mi nombre es Patricia Sánchez, soy experta en relaciones avanzadas y sexualidad consciente, sexpansiva y ampliada; hoy exploraremos en profundidad qué son estos bloqueos, cómo se manifiestan, sus orígenes, y lo más importante: cómo superarlos.
Los bloqueos sexuales son barreras emocionales, psicológicas y a veces físicas que impiden a una persona disfrutar plenamente de su sexualidad. Estos bloqueos pueden manifestarse de diversas maneras, desde la falta de deseo sexual hasta el dolor durante la intimidad, pasando por la incapacidad de comunicar las necesidades y deseos sexuales.
En las mujeres, los bloqueos suelen tener una fuerte carga emocional. Pueden manifestarse a través del llanto, ataques de rabia, o incluso quedarse paralizadas durante el acto sexual. Físicamente, pueden experimentar dolor durante la penetración debido a la tensión muscular o falta de lubricación. Estos síntomas físicos son a menudo un reflejo de no sentirse seguras o conectadas emocionalmente.
Por otro lado, los hombres tienden a «huir» cuando se enfrentan a bloqueos sexuales. Esto puede significar evitar completamente la intimidad, recurrir a la pornografía como escape, o en algunos casos, buscar encuentros con trabajadoras sexuales donde se sienten menos vulnerables. También pueden obsesionarse con el sexo o manifestar una sexualidad más agresiva como mecanismo de defensa.
Contrario a la creencia popular, los bloqueos sexuales rara vez se deben a la falta de atracción o «química» con la pareja. En realidad, sus raíces suelen estar enterradas en experiencias pasadas, traumas no resueltos y patrones de pensamiento negativos.
Muchos bloqueos se originan en la infancia. Por ejemplo, haber presenciado accidentalmente a los padres teniendo relaciones sexuales puede causar un trauma. También, comentarios aparentemente inocuos como «no vayas vestida así o te confundirán con una fulana» pueden sembrar semillas de vergüenza y culpa relacionadas con la sexualidad.
Experiencias de abuso sexual, violación o intentos de abuso pueden dejar profundas heridas emocionales. Una mujer compartió cómo, después de un intento de abuso en un ascensor, no soportaba que nadie tocara la parte interna de su muslo derecho, donde su agresor había hecho presión. Tales experiencias pueden hacer que el cuerpo «recuerde» el trauma, incluso si la mente consciente lo ha bloqueado.
A veces, los bloqueos provienen de relaciones anteriores donde hubo presión para tener relaciones sexuales sin desearlo realmente. Esto puede llevar a asociar el sexo con sentimientos de violación o maltrato, incluso si la pareja actual no es abusiva.
Nuestros conceptos sobre las relaciones y la sexualidad a menudo se heredan de generaciones anteriores. En el pasado, los matrimonios eran a menudo contratos mercantiles o de supervivencia, no basados en el amor o la satisfacción sexual. Intentar encajar estos modelos anticuados en la sociedad moderna es como «meter un cuadrado en un círculo», resultando en divorcios y bloqueos sexuales.
Reconocer que se tiene un bloqueo sexual es el primer paso para superarlo. Aquí hay algunas señales:
En Mujeres:
- Rechazo a verse desnuda o tocarse.
- Tener sexo por obligación o para complacer, no por deseo.
- Dolor durante la penetración o falta de lubricación.
- Sentir asco, ira o ganas de llorar durante la intimidad.
En Hombres:
- Evitar completamente la intimidad.
- Recurrir excesivamente a la pornografía o a encuentros casuales.
- Disfunción eréctil que no responde a causas médicas.
- Obsesión con el rendimiento sexual.
En Ambos:
- Incapacidad para comunicar deseos y límites sexuales.
- Evitar besos, abrazos y otros contactos físicos no sexuales.
- Sentir que la sexualidad es un «trámite» más que una fuente de placer.
- El Mito de la «Química» y la Infidelidad.
Un error común es pensar que si se experimenta deseo sexual por alguien que no es la pareja, es señal de que la relación ha terminado. En realidad, es normal sentir atracción por otras personas. El problema surge cuando se usa esto como escape de los problemas en la relación, en lugar de enfrentarlos.
Una mujer puede pensar que su pareja es un «opresor» porque no disfruta el sexo con él, cuando en realidad el problema podría ser un trauma no resuelto. Un hombre puede creer que ya no ama a su pareja porque se siente atraído por una compañera de trabajo, cuando en realidad está buscando la validación emocional que no sabe pedir en casa.
Uno de los mayores obstáculos para superar los bloqueos sexuales es la dificultad para hablar sobre sexo. Esto no solo se aplica a la comunicación con la pareja, sino incluso con amigos cercanos o terapeutas. Esta incapacidad para expresarse es una señal de alarma, un «piloto rojo» que indica que algo no está bien.
El silencio puede llevar a años de sufrimiento en silencio, hasta que finalmente la persona «explota» de manera contraproducente. Por ejemplo, después de años de sexo no deseado, una mujer puede acusar a su pareja de violación, cuando en realidad él no tenía idea de sus sentimientos. Este tipo de explosiones emocionales pueden dañar irreparablemente la relación.
Acá te comparto algunas estrategias para superar los bloqueos
Autoconocimiento, Práctica, Integración. Este es el mantra de la sanación sexual. Primero, hay que entender de dónde viene el bloqueo (autoconocimiento). Luego, aplicar técnicas para superarlo (práctica). Finalmente, integrar los cambios en la vida diaria.
Terapia del Desahogo vs. Cambio Real. Muchas terapias se centran en «desahogarse», pero esto rara vez lleva a cambios permanentes. En su lugar, busca terapeutas o programas que ofrezcan una metodología clara para abordar la raíz del problema.
Educación Sexual y de Relaciones. Así como nos formamos años para nuestras carreras, deberíamos formarnos para tener relaciones sanas y una sexualidad plena. Programas como «Ser Feliz en Pareja» ofrecen herramientas prácticas para esto.
Eliminar la Presión. Si hay un bloqueo sexual, lo peor es forzar la situación. Algunos terapeutas recomiendan quitar completamente el sexo de la ecuación por un tiempo. En su lugar, enfocarse en caricias, masajes y conexión emocional sin la expectativa de sexo.
Masajes y Trabajo Corporal. El cuerpo «recuerda» traumas. Un masaje vulvar, por ejemplo, puede desencadenar emociones intensas si hay un trauma anclado allí. Pero es crucial empezar con zonas menos sensibles como la espalda o los pies, e idealmente, que la mujer aprenda primero a masajearse a sí misma.
Tantra y Espiritualidad. Algunas tradiciones espirituales, como el tantra, ofrecen perspectivas profundas sobre la sexualidad. Conceptos como los chakras pueden ayudar a entender dónde están anclados los bloqueos energéticos. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que mucho de lo que se vende como «tantra» es solo pornografía disfrazada.
La mejor manera de manejar los bloqueos sexuales es prevenirlos. Esto significa:
Educación Sexual Integral. No solo anatomía y reproducción, sino también placer, consentimiento y salud emocional.
Romper Tabúes. Normalizar hablar sobre sexo de manera sana, no solo con la pareja, sino también con amigos y terapeutas.
Formación en Relaciones. Aprender habilidades como comunicación, gestión emocional y resolución de conflictos antes de que surjan problemas.
Autoexploración. Tanto física (conocer el propio cuerpo) como emocional (entender los propios deseos y límites).
Los bloqueos sexuales son más comunes de lo que pensamos y no son señal de debilidad o fracaso. Son el resultado de una sociedad que aún lucha por integrar una visión sana de la sexualidad y las relaciones.
Superar estos bloqueos requiere valentía para mirarnos a nosotros mismos, paciencia para sanar, y la humildad de buscar ayuda cuando la necesitamos. No se trata solo de mejorar nuestra vida sexual, sino de cultivar relaciones más profundas, auténticas y satisfactorias.
En un mundo donde el «amor líquido» y las relaciones superficiales son la norma, aprender a desbloquear nuestra intimidad es un acto revolucionario. Es decir que merecemos más que sobrevivir en nuestras relaciones; merecemos florecer. Y ese florecimiento comienza con el coraje de mirar dentro y sanar lo que nos duele. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @serfelizenpareja_patricia o en mi página web, puedes conocer más sobre el programa .